He recuperado una redacción que realicé el año pasado y que considero de interés cultural para todos
Mayas
LOS MAYAS, civilización que se desarrolló al sur del Yucatán, parte de Guatemala y Honduras entre los siglos X a.C y XVI d.C. son una muestra de la curiosidad del ser humano, embarcándose en un camino científico a través de las matemáticas, la astronomía y la comprensión de su propia existencia. Este pueblo giraba entorno a tres entidades básicas: el Sol, la lluvia y el maíz.
Se diferencian tres periodos: pre clásico -del año 1000 a.C al 300 aproximadamente- , clásico -del 300 al 900- y pos clásico -hasta la invasión española-. Se conservan pinturas rupestres datadas del año 5000 a.C. Al parecer, unos fuertes cambios climáticos modificaron los hábitos cazadores de los habitantes del Yucatán convirtiéndoles en recolectores que poco a poco terminaron siendo agricultores consumados.
El mayor esplendor científico del mundo maya se dio a mediados de la época clásica, perfeccionando las matemáticas, la astronomía y el arte.
Sobre la escritura
La escritura maya era jeroglífica, ideográfica y silábica. Se sabe que se sentían fascinados por el paso del tiempo, ¡llegando al punto de divinizar al tiempo y a cada uno de los períodos que lo componen!. Concebían al tiempo como una sucesión de fases cíclicas e infinitas y prueba de ello son las inscripciones que se conservan donde realizan cálculos cronológicos y astronómicos donde se precisan las fechas.
Los documentos más importantes son los "Libros de Chilam Balam" -profeta jaguar-, recopilaciones de relatos históricos y profecías transcritas de manuscritos jeroglíficos desaparecidos.
El libro "Ritual de los cababes" repleto de fórmulas mágico-medicinales al estilo de los brujos demuestra el interés de los mayas por el conocimiento de la naturaleza y su pasión por lo místico. Esta curiosidad hace pensar que disponían de tiempo para reflexionar e indagar en una ciencia aún joven.
Como muchas otras civilizaciones, los mayas creían en los dioses y en el más allá y existen documentos repletos de narraciones mitológicas.
Existen tres manuscritos jeroglíficos autóctonos llamados Códices que, aunque se calcula que se redactaron entre 1300 y 1500 d.C., contienen ciertos glifos -signos pintados- que proceden claramente de la época clásica como los cálculos astronómicos del Códice de Dresde. Los glifos mayas, correspondían a nociones, a fenómenos o a ciertas acciones, como por ejemplo los glifos cronológicos como el día -kin-, el año de 360 días -tun- o los astros Sol y Luna que tenían también su signo asociado.
El fin del mundo está descrito en el Códice de Dresde en forma de diluvio que cae del cielo -representado por un dragón-, mientras que una diosa horrible vierte un raudal de agua que sale de una jarra.
Los códices mayas están manufacturados en papel mediante una técnica que consiste en moler la corteza de un "Ficus" cubierta por una capa de cal, lo que demuestra el conocimiento de la naturaleza y su habilidad. Los Códices recopilan parte del conocimiento maya en forma de glifos y dibujos.
Según los Códices mayas, por ejemplo, conocemos sus divinidades: Chac -dios de la lluvia-, Ah Puch -dios de la muerte-, Ixtab -¡diosa de los suicidas!-, entre otros. Sí, los mayas eran muy devotos.
En cuanto a matemáticas y astronomía
Utilizaban un sistema de numeración vigesimal posicional -veinte son los dedos de pies y manos- y se anotaban por medio de barras -con valor numérico 5- y puntos -con valor numérico 1-. En ocasiones, la notación de ciertos números se representaba, en las inscripciones, mediante cabezas vista de perfil, cabezas que correspondían a dioses "patronos" de aquellos números. Es importante destacar que disponían de representación gráfica para el número cero y así realizar operaciones aritméticas complejas -a diferencia de griegos y romanos- por lo que podemos imaginar el potencial de ésta civilización en torno a la ciencia.
Para el cómputo del tiempo y fijación de fechas ingeniaron tres elementos: el calendario ritual de 260 días, el calendario solar de 365 -exactamente 365.2420 días, el más cercano a la duración actual de 365.2422 días- y la Cuenta Larga.
- El calendario ritual constaba de veinte días y trece números, donde cada número acompañaba a un día y se sucedían hasta que pasaban 13 * 20 días -260 días-, donde cada día tenia un glifo y un significado asociado.
- El calendario solar se dividía en 18 períodos de 20 días más 5 días considerados vacíos -el vacío, la no existencia no era un problema en la cultura maya-
- La Cuenta Larga era, por así decirlo, contar los días para una nueva era en la que las fechas comenzaban de nuevo.
Desarrollaron un calendario muy preciso, con un año de 365 días. El año solar (haab) tenía 18 meses de 20 días cada uno y otro más de sólo cinco días. Los nombres de los meses eran: Pop, Uo, Zip, Zotz, Tzec, Xul, Yaxkin, Mol, Chen, Yax, Zac, Ceh, Mac, Kankin, Moan, Pax, Kayab, Cumbu y Uayeb.
Además, los mayas se plantearon el problema de la correlación del calendario lunar y del calendario solar acercándose con gran precisión a la realidad -29.53059 días de lunación media- mediante la "fórmula de Copán" -29.53086 días-.
Está claro el gran interés de lo mayas, y del firme apoyo dado por los mandatarios para construir observatorios donde con perseverancia, algunos elegidos observaban el firmamento sin ayuda de ningún instrumento óptico, anotaban y transmitían de generación en generación la información obtenida.
Los mayas observaban atentamente también el planeta Venus -Noh Ek, "la gran estrella"- conociendo así sus periodos.
En cuanto a la percepción del planeta tierra, los mayas creían que era plana y cuadrada. Que descansaba sobre la espalda de un inmenso reptil que nadaba en un océano. Creían en trece cielos superpuestos encima de la tierra y nueve infiernos. Parece ser que los mayas se sentían realmente diminutos y caducos pues creían en que la humanidad tarde o temprano sería aniquilada ya fuese por cataclismos o por seres mitológicos.
Arquitectura peculiar
La arquitectura maya clásica destaca por la utilización de la bóveda de piedras saledizas. La bóveda -increíblemente sólida y durable- es construida superponiendo a ambos lados del paso por cubrir, piedras talladas, de tal manera que cada capa de piedra superior desborde hacia el interior de su capa inmediatamente inferior.
Las ciudades mayas -formadas por templos, palacios y patios comunicados mediante corredores- se adaptaban perfectamente a la topografía de la región -aprovechando los accidentes del terreno para edificar los monumentos- y aparentemente sin demasiada planificación urbanística. Cabe destacar la utilización de los chultunes -depósitos subterráneos cavados en roca- para almacenar agua o alimento. La población de estas ciudades habitaba en chozas en los alrededores de una ciudad aparentemente desordenada, en torno a los sembrados y a lo largo de los senderos de la selva pero sin olvidar la necesidad de que cerca de los templos y palacios, hubiera guerreros, artesanos y servidores de todo tipo. Las ciudades y diferentes monumentos se comunicaban mediante calzadas pavimentadas lo que indica que esta civilización mantenía un ritmo de actividad constante.
Entre los monumentos mayas destacan las imponentes pirámides que se construyeron con el sudor y las lágrimas de miles de esclavos -al igual que en muchas otras civilizaciones existía la esclavitud-.
Fue a finales del siglo X -finales de la época clásica- cuando se edificó el observatorio llamado "El Caracol", que permitía mirar, mediante troneras, en dirección de algunos puntos del horizonte, sobretodo observar la puesta del Sol el 21 de marzo -equinoccio de primavera- y determinar las declinaciones de la Luna al sur y al norte.
Además, durante el periodo clásico (entre los siglos III y X d.C.) los mayas realizaron excelentes tallados y relieves así como murales. Destacan por la finura y precisión con la que imitan la forma humana. La mayoría de las piezas que se conservan son órdenes de alfarería funeraria y cerámica de uso cotidiano y ritual.
Los mayas tejían y confeccionaban joyas -pendientes, collares, pulseras y amuletos- para sus dirigentes por lo que existía una jerarquía y una majestuosidad que debía ser admirada por la plebe.
Decadencia, renacimiento y final
A partir del siglo VIII la civilización maya entró en declive. Son muchas las hipótesis que rondan sobre como un pueblo tan enérgico, intelectual y artístico haya desaparecido aunque la que más convence es la desintegración progresiva de la sociedad tradicional, lo cual es algo bastante lógico ya que la sociedad maya -cuyo motor eran los campesinos- se apoyaba firmemente en los sacerdotes, los cuales, a medida que avanzaba el tiempo se adentraban más entorno a la ciencia (o pre ciencia) observando el firmamento y desarrollando técnicas matemáticas lo que condujo inexorablemente a la incomprensión de las masas. Al mismo tiempo, los señores de la guerra suplantaban a los sacerdotes y quebrantaban su poder llevando al pueblo a situaciones de inseguridad y exilio. Podemos decir que fue como lanzar una bola de nieve ladera abajo, la cual fue creciendo sin cesar. El comercio disminuyó y los artesanos, escultores, pintores, talladores, alfareros se empobrecieron. Cesaron las construcciones de templos, esculturas y palacios desapareciendo así todo el esplendor intelectual de los mayas. La población de dispersó, inculta, saqueó las tumbas y demacró gran parte del arte maya en los años que se sucedieron hasta bien llegado el sigo XI.
Fue en el Yucatán, a finales del siglo X, donde oleadas de familias invasoras -itzá- se establecieron en lo que fue la capital maya pos clásica -habitada por mayas y mexicanos- Chichén Itzá. Ésta y otras ciudades prosperaron y se sucedieron episodios bélicos por lo que se comenzaron a amurallar las ciudades tal y como se hacía en Europa (es interesante como las diferentes civilizaciones ingenian de la misma manera sin tener ningún contacto unas con otras).
Pero como a muchas civilizaciones, le llegó su final -aunque hoy en día todavía quedan descendientes vivos de los mayas-.
A principio del siglo XVI, estando ya debilitado por la discordia, el mundo maya entró en contacto con los españoles en las costas caribeñas. Pese a que los primeros españoles fueron rechazados, al mostrar las joyas y describir los palacios y monumentos que habían contemplado en aquel lugar alentaron a continuar enviando hombres al nuevo mundo, conquistándolo definitivamente en 1687 con la toma de Tayasal, en el Petén -Guatemala-.
1 comentario:
Lectura muy interesante, aún queda rastro de su cultura en todo el mundo, como los mandalas signos de equilibrio, fuerza interior y fe.
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